Cuando hablo de un paraíso para las aves en pleno corazón de Andalucía no exagero. La Estación de Anillamiento del Refugio de la Serpiente, donde tengo mi centro de actividades en defensa y protección de la naturaleza, se encuentra cerca de Estepa (Sevilla). Muy cerca del centro geográfico de Andalucía.
Tampoco exagero cuando digo que es un paraíso para las aves, nos encontramos en el entorno del Mediterráneo, uno de los puntos calientes de biodiversidad, su flora alberga de 15.000 a 25.000 especies, el 60% de las cuales son exclusivas de la región mediterránea; y alrededor de un tercio de la fauna mediterránea es endémica. El Refugio se encuentra en una parcela en plena Comarca de la Sierra Sur Sevillana, en las primeras estribaciones de la Cordillera Subbética. Muy rica en endemismos propios y paso importante en la migración de las aves.
En el entorno predomina el monte mediterráneo en suelo calizo y rodeando el Refugio un pinar de repoblación (Pinus halepensis). La Estación de Anillamiento actúa como reducto del monte mediterráneo puesto que se ha llevado a cabo varias plantaciones con árboles y arbustos autóctonos además de diferentes frutales donde las aves encuentran alimento y cobijo.
Cuatro son los diferentes ecosistemas que he podido analizar en este Espacio Natural con sus comunidades vegetales y faunística características:
Olivar de sierra. Un cultivo leñoso como el olivo, puede ser un hábitat muy importante para muchas aves, si se gestiona usando una serie de buenas prácticas agrícolas, contribuyendo así al mosaico de ecosistemas cercanos.
Pinar de repoblación. Es el arbolado más característico y atractivo desde el punto de vista paisajístico del entorno, domina el Pino carrasco (Pinus halepensis). Mantiene una población estable y bastante abundante de Piquituertos comunes (Loxia curvirostra), y es hábitat de otras especies protegidas como el Búho real (Bubo bubo). Lugar donde entra en armonía los usos tradicionales, como es la ganadería, con otros más actuales, como el senderismo, el ciclismo y la observación de aves.
Monte mediterráneo. Palmitos (Chamaerops humilis), tomillos (Thymus mastichina,Thymus vulgaris, Thymbra capitata), matagallos (Phlomis purpurea), esparragueras (Asparagusacutifolius), espinos negros (Rhamnus lycioides), aladiernos (Rhamnus alaternus), acebuches (Olea europaea var. Sylvestris) encinas (Quercus ilex), coscojas (Quercus coccifera), espartos (Stipa tenacisima), aulagas (Ulex parviflorus), majoletos (Crataegus monogyna) y un largo etcétera nos indican que nos encontramos en un clima termomediterráneo con una riqueza biológica sorprendente, con unas peculiaridades únicas como el bosquete almendros centenarios, colecciones de las más bellas orquídeas, el extenso palmitar, los abundantes Lirios silvestres (Iris planifolia) blancos o el gran matorral aromático, que guarda una comunidad de mariposas muy interesante.
Roquedos y cortados. Se trata de una sierra en ciertas zonas bastante escarpada, perfecto para practicar escalada pero que guarda bastantes secretos entre la vegetación aislada y adaptada al entorno. Aquí entre los canchales y los pedregales se refugia el Roquero solitario (Monticola solitarius) y campean las recién llegadas Cabras montesas (Capra pyrenaica). Las formaciones
geológicas dotan al paisaje de una singularidad kárstica propias de una zona caliza, desde donde observar el vuelo majestuoso de rapaces como Culebreras europeas (Circaetus gallicus), Busardos ratoneros (Buteo buteo), Gavilanes (Accipiter nisus), Milanos reales (Milvus milvus) o Cernícalos vulgares (Falco tinnunculus).